Los experimentos sociales llegaron a su fin hace mucho tiempo. Sin embargo la televisión sigue queriendo aparentar que su tele-realidad es realidad. Como ya escribí en algún comentario de este blog, la última moda de esa caja a la que mucha gente la califica como “tonta” parece ser la de aparentar.
Todo esto viene por el anuncio de la edición 11 de Gran Hermano. ¡La edición número 11! Tengo que decir que la primera fue todo un fenómeno. Había muy pocas personas que no lo vieran y quizás algún extraterrestre que no hubiese oído hablar de ello. Lo digo con conocimiento de causa ya que por aquellos años estaba en el colegio y hasta allí se hablaba de ello (y eso que no nos dejaban acostarnos tarde).
La cuestión es que en las últimas ediciones (podéis rebatir esto todo lo que queráis porque no he visto ninguna reciente) cuanto más personaje se sea más se “triunfa”. Es decir, es necesario ser una persona extremadamente vulgar, machista, xenófoba y misógina; o enana; o tener un tercer brazo. Si a esto le añadimos la Milá, conflictos tabaqueros y algún que otro gimoteo en la oscuridad y debajo de una manta, obtenemos la mayor fábrica de productos destinados a programas tertulianos y tombolirelos que existe. Sin olvidar alguna que otra portada en el Interviú.
Esto me hace preguntarme qué entienden esas personas por “triunfar”. Salen por la tele, gritando cada cual más alto, llamándose de todo menos bonit@s y demostrando hacia dónde va la sociedad española y su televisión. Mostrando a una audiencia increíblemente alta qué es necesario para ganar unos millones en poco tiempo y quedando después para intento de algún que otro montajes (y fijaos que no estoy hablando de las primeras ediciones y admito que existen excepciones).
En fin, que este show, como casi toda la televisión (véase La máquina de la verdad, y Mujeres y hombres y viceversa, De buena ley, Elígeme, etc., etc.), se dedica a contratar personas para que interpreten un “papel” y fingir que lo que podemos ver es totalmente cierto. No quiero desprestigiar así a ninguna cadena (¿se me nota mucho?) ya que estas prácticas son sabidas por toda la audiencia. Lo que si reivindico es que se venda como realidad, o verdad, o como queráis llamarlo, aquello que es teatro y teatro del malo. Si se quiere interpretar y crear situaciones, que se haga bien y con conocimiento; y aquí hablo tanto del que lo realiza como del que lo ve. Pretender “engañar” –y encima no conseguirlo- nunca es una buena opción
Todo esto viene por el anuncio de la edición 11 de Gran Hermano. ¡La edición número 11! Tengo que decir que la primera fue todo un fenómeno. Había muy pocas personas que no lo vieran y quizás algún extraterrestre que no hubiese oído hablar de ello. Lo digo con conocimiento de causa ya que por aquellos años estaba en el colegio y hasta allí se hablaba de ello (y eso que no nos dejaban acostarnos tarde).
La cuestión es que en las últimas ediciones (podéis rebatir esto todo lo que queráis porque no he visto ninguna reciente) cuanto más personaje se sea más se “triunfa”. Es decir, es necesario ser una persona extremadamente vulgar, machista, xenófoba y misógina; o enana; o tener un tercer brazo. Si a esto le añadimos la Milá, conflictos tabaqueros y algún que otro gimoteo en la oscuridad y debajo de una manta, obtenemos la mayor fábrica de productos destinados a programas tertulianos y tombolirelos que existe. Sin olvidar alguna que otra portada en el Interviú.
Esto me hace preguntarme qué entienden esas personas por “triunfar”. Salen por la tele, gritando cada cual más alto, llamándose de todo menos bonit@s y demostrando hacia dónde va la sociedad española y su televisión. Mostrando a una audiencia increíblemente alta qué es necesario para ganar unos millones en poco tiempo y quedando después para intento de algún que otro montajes (y fijaos que no estoy hablando de las primeras ediciones y admito que existen excepciones).
En fin, que este show, como casi toda la televisión (véase La máquina de la verdad, y Mujeres y hombres y viceversa, De buena ley, Elígeme, etc., etc.), se dedica a contratar personas para que interpreten un “papel” y fingir que lo que podemos ver es totalmente cierto. No quiero desprestigiar así a ninguna cadena (¿se me nota mucho?) ya que estas prácticas son sabidas por toda la audiencia. Lo que si reivindico es que se venda como realidad, o verdad, o como queráis llamarlo, aquello que es teatro y teatro del malo. Si se quiere interpretar y crear situaciones, que se haga bien y con conocimiento; y aquí hablo tanto del que lo realiza como del que lo ve. Pretender “engañar” –y encima no conseguirlo- nunca es una buena opción
Totalmente de acuerdo contigo, sin que sirva de precedente.
ResponderEliminarSe ve que a TeleCirco le sigue saliendo rentable este tipo de programas. Mientras que haya gente capaz de prostituirse por dos duros, seguirá existiendo Gran Hermano y programas por el estilo.
Yo reconozco que me gusta Superviventes, me da lo mismo si es con "famosos" o gente desconocida hasta el momento. El simple hecho de poder ver alguna que otra imagen paradisíaca sin sufrir los mosquitos me parece suficiente reclamo para, la menos, hacerle un poco de caso al programa.
El problema que veo es el circo que se monta alrededor: programas y programas sobre lo mismo. Y lo peor de todo son los parasitillos que hacen las veces de periodistas e incluso se indignan porque no se les toma en serio...
Decía Andy Warhol que “a lo largo de su vida, por muy miserable que esta sea, todo el mundo tiene derecho a sus quince minutos de gloria”. El problema es... ¿qué se considera gloria o fama? Supongo que cada uno tendrá su propia idea, pero la gente que sale en la televisión, además de alimentar su ego busca, por lo general, dinero fácil y rápido.
No hace falta que desprestigies a TeleCirco. Queda muy claro por su parrilla de programación la propuesta que ofrece. Es el "caca, culo, pedo, pis" de la televisión del siglo XXI.
Respecto a tu ultima frase decirte que en este caso, en la lengua de Shakespeare quedaría que ni pintado ese "to pretend", intentar y no conseguir.
La verdad es que, desde que Iván -la persona más horrible que he visto en mi vida- ganó GH 10 he perdido la poca fe que tenía en ese tipo de programas... Pero bueno, si hay gente que disfruta con ellos, supongo que no son tan malos... Buena actualización Sara ;)
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ResponderEliminarOcurre con todos los realitys de la cadena, pero lo curioso es que están de capa caída en audiencias, y sino miremos OT que la semana pasada batía uno de sus mínimos históricos con sólo un 17%.
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