lunes, 5 de abril de 2010

Ya están aquí


Se acabó la televisión. O al menos la analógica, porque a partir de ahora todo se emite en digital. Así que quien no haya invertido su preciado dinero en un aparato de TDT, en una televisión nueva, o viva en un pueblo remoto al que no llega la señal, no va a poder seguir viendo a la Ana Rosa y toda su tropa. ¡Qué gusto! (Es la consecuencia de las prisas por querer ser los primeros y seguir siempre siendo de los últimos) Estas personas tendrán ahora la oportunidad de pasear, ponerse una película, leer un libro, mirar las nubes... O ir a quejarse con cacerola en mano (quizá ésta opción es la más factible).

Mientras, los que sí podemos seguir viendo la televisión nos preguntamos qué nos espera. Más calidad, más canales, modos distintos de poder ver la televisión (¿cuáles?), poder ver los contenidos en versión original (¿cómo?)… Pero, sobre todo, lo que nos espera es un empacho de programas de teletienda, series tripitidas del año de la polca, zapping, tertulias… Y, por supuesto, podemos aprender inglés siempre y cuando aguantemos al señor Vaughan.

¿Mayor pluralidad? En el apartado informativo lo dudo porque tantos canales y tanta fragmentación de la audiencia ya se ha visto en qué han derivado: fusiones. Telecinco se introduce en la línea editorial de Cuatro para poder sacar un poco a PRISA del pozo de deudas en el que está metido. Si esta cadena va a tener que tragar más sucesos de los que ya tiene, entre Callejeros, 21 días, Hermano Mayor y el próximo Soy adicto, lo lleva claro. La Sexta se suma a la moda de las fusiones e intenta tapar también algunos agujeros con Antena3.

Así, entre los treintaitantos canales nuevos que nos proporciona la tecnología digital, mucha pluralidad informativa yo, personalmente, no encuentro. Eso sí, la buena noticia es que los programas musicales han vuelto a tener cabida, o más bien la programación musical. Pienso que ya que se tienen a disposición esa inmensa cantidad de videoclips (hablo de Kiss Tv y en menor medida de 40 Latino) por qué no se aprovecha la jugada y se hacen un par de programas musicales al día. Uno sobre rock de tal época, novedades musicales… Aunque supongo que eso es pedir demasiado. La única cadena que atendió mis súplicas de música en televisión fue La Otra y, de momento, no parece que ninguna otra le vaya a acompañar.

Personalmente, lo que más me gusta de la TDT, aparte de la música, es que los dibujos animados vuelven a tener su hueco en la televisión. Parece que el público infantil es algo a tener en cuenta. Disney Channel vuelve a deleitarnos con su particular código de valores y preadolescentes fabricados en serie, Pocoyó continúa arrasando con la compañía del odioso Caillou, La detective de cuentos, Bob Esponja y otros muchos; y Antena Neox opta por dibujos horribles como Shin-Chan o bastante odiosos como La Pantera Rosa.

Parece que lo de Antena3 es más apostar por la juventud con Mamá, tú no mires o Hablar de sexo con mamá y papá, y, cómo no, el eterno Príncipe de Bel-Air. Tienen una especia de relación amor-odio con los adolescentes a los que continuamente se les acusa en los telediarios de violencia, alcoholismo y causar problemas, pero que luego son uno de los públicos a los que más acuden.

En fin, que la nueva era de la televisión sobre la que nos han estado hablando hasta la saciedad ha llegado. Aprovechemos todas las posibilidades que nos brinda esta nueva forma de ver la televisión (y que yo todavía desconozco…).

Un saludo digital para todos los espectadores de LA NUEVA TELEVISIÓN (qué bonito y qué vacío de significado…).