viernes, 26 de junio de 2009

Día fúnebre


Hoy también ha fallecido la exángel de Charlie Farra Fawcett. Tenía 62 años y había estado los últimos tres luchando contra un cáncer que finalmente ha acabado con su vida.

Esta bióloga (¿a qué me suena eso?) se dio a conocer en la popular serie Los ángeles de Charlie. En ella aparecía junto a Kate Jackson y Jaclyn Smith. Las tres encarnaban a tres atractivas mujeres que trabajaban como detectives para un tal Charlie. La serie comenzó a emitirse en el 76, por lo que ni yo, ni la mayoría de los de mi alrededor (salvo padres y demás “adultos”) la hemos visto jamás. No descarto que no la veamos dentro de poco porque lo de inventar nuevas series sale muy caro y ahora se opta por reemitir americanadas como Sensación de vivir o El coche fantástico.

La repercusión y fama de esta serie fue tal que se llevó al cine en 2 ocasiones, a cada cual de pero calidad. Su papel lo interpretó Cameron Diaz, y como en cuanto a actuación no puedo comparar porque no he visto el original solo puedo decir que la señora Fawcett me parece mucho más escultural que la actriz del 2000.

Uno de sus últimos trabajos fue en la serie El Guardián, por el que obtuvo una nominación al Emmy.

Black or White


Siento salirme del tema principal de este blog, pero era para mi necesario dedicar una entrada al artista que ha fallecido hoy. Un artista del que se han comentado y se siguen comentando demasiadas cosas incluso el día de su muerte. Un artista que revolucionó la industria tanto de la música como del videoclip y que ha influido en tantos millones de personas. Un artista que daba igual en blanco o en negro, seguía siendo un mito.

Corten aaaaaaaaaaahora

Las cadenas televisivas son negocios, todos lo sabemos. Es por eso que existe la publicidad, para ganar dinero. Estamos de acuerdo en que es importante tener contratos publicitarios y por lo tanto, emitir anuncios de vez en cuando. Muchas asociaciones se han quejado de la cantidad de minutos publicitarios en televisión. La cosa está en que esos minutos vienen regulados por ley, lo que nadie sabe (y ahí me incluyo) es cómo se “cumplen” estos máximos.

Pero este post no va dedicado a los minutos y segundos que aparece más LOREAL que Ana Rosa en la televisión. Esta entrada se refiere a esos cortes mal ejecutados, es decir, a todas aquellas personas que aprovechan cualquier película para destrozarla cortando por donde no deben. Por supuesto es más difícil decidir dónde van a ir los anuncios en una película que en una serie donde el corte ya viene prefijado (ésta puede ser una excusa más o menos excusante). Pero una cosa es cortar una serie, película o sucedáneo, y otra distinta no respetar la continuidad narrativa de la obra.

Si se ve una película en televisión ya de por sí se entiende que la narratividad de la película queda quebrada y modificada, por ello es importante hacer bien los cortes. Se deben respetar las escenas y la acción para que el guión no quede tan alterado, algo que parece que aquí no se entiende.

Esto con las películas, pero cuando nos ponemos a hablar de series o programas el asunto se vuelve más grave. En este tipo de contenido audiovisual el corte ya está previsto. Resulta bastante absurdo entonces cortar por donde no es. En Friends, por ejemplo, recuerdo que el corte venía muy bien marcado (como en casi todas las sitcom). Es decir, una escena se cortaba y a la vuelta de los anuncios se repetían los dos últimos segundos. Todo esto, claro, en las televisiones españoles hay que intuirlo y suponerlo, porque aquí se practica la destrucción de la obra audiovisual. O sea, se corta en medio de una escena, de un acto y hasta de un diálogo. Solo les falta decir “si queréis ver como termina la palabra que ha comenzado a decir el protagonista, solo durante la publicidad”. Resulta ridículo a la vez que irrespetuoso.

Muchas personas han trabajado para colocar los puntos de interés y ordenar las escenas y la acción de una determinada manera para obtener una sensación en particular en el espectador. Con esto se consigue que todo ese trabajo no haya servido para nada. Y es que ya no solo no se respetan las películas o las producciones televisivas extranjeras, sino que en el último capítulo de La chica de ayer, una producción española, se produjo un corte en medio de una frase del diálogo final, ¡para encerrarles!

Y ya si sintonizamos Cuatro a eso del medio día para ver bailarines, en un programa con una presentadora capaz de dar paso a los anuncios, obtendremos el claro ejemplo de lo que no hay que hacer en televisión. Los anuncios comienzan a la mitad de un discurso de uno de los profesores o incluso cuando los alumnos se disponen a bailar (que no a ensayar), así que podemos verles moverse en una esquina diminuta de la pantalla mientras vemos, y oímos, un anuncio de FAIRY. Y aquí podría comenzar a hablar sobre el cambio de planos que hace imposible visualizar una coreografía globalmente (como se aprecia de verdad un baile), pero el post se me hace ya largo. Así que solo diré que un primer plano a un bailarín BAILANDO tiene muy poco sentido a no ser que sea un momento dedicado únicamente a la interpretación. Sería una buena opción analizar cada coreografía para saber que cámaras y planos utilizar con cada una. Consejo de una espectadora de televisión y danza.

PD: el título va para los frikis de los Simpson, que somos ya demasiados.

lunes, 15 de junio de 2009

Se acabó lo que se daba

Ayer se terminó la adaptación española de la serie Life on Mars. Para saber el éxito entre la spanish people que lee este sitio hice una encuesta sobre esta serie. Podéis ver los resultados a la derecha aunque creo sinceramente que están algo desvirtuados porque una de las tres personas que lee estas líneas ha votado 80 veces sin conocimiento de causa. Así que pasaré a dar mi opinión que podréis rebatir siempre que tengáis la suficiente voluntad para leer la parrafada que viene a continuación, que he dividido en dos post (por su longitud me disculpo ahora).

Las comparaciones (dicen) son odiosas, pero también son inevitables cuando se hacen versiones. La versión española, como la americana, solo ha logrado emitir una temporada, mientras que la original en la que se basa consta de dos; lo que nos hace deducir sus respectivos éxitos.

Sobre la española debo decir que es mucho más simple que la inglesa. Su trama gira en torno a que el protagonista ha viajado en el tiempo, no se sabe cómo, y que tiene que volver. Sin embargo, en la de la BBC se manejan tres posibilidades: viajar en el tiempo, haberse vuelto loco o estar en coma. Para ello, los efectos especiales van desde oír a su madre hablándole como si estuviese en coma a través de un teleñeco hasta hablar con la niña de la tele (la que aparecía en la pantalla cuando terminaba la emisión). Por el contrario, en la spanish todos los efectos especiales son en tono de flashbacks y terminan con él despertándose de un sueño, lo que es mucho menos impresionante. Además, en la inglesa la trama está centrada en los casos que han de resolver por lo que los efectos especiales nos pillan de sorpresa intrigándonos mucho más.

La relación con los padres en la versión española se vuelve el centro de la trama transformando el personaje principal desde un hombre honrado y con principios éticos en la inglesa, hasta alguien que es capaz de saltarse la ley las veces que haga falta por su familia en la española. La gracia de este personaje está, supuestamente, en la contraposición con su jefe. Éste es un hombre machista, violento y cabrón al margen de la ley, y el protagonista lucha por hacer las cosas como se tienen que hacer. Su cambio tiene lugar en el último capítulo de la primera temporada donde vacila y rompe sus principios su padre. Ahí es donde nos quedamos con los ojos abiertos deseando que el capítulo no se termine nunca, donde vemos realmente el interior del personaje, su sufrimiento, su esfuerzo, su evolución y, en definitiva, su esencia (y todo esto lo digo sin haber visto la segunda temporada). En la española esto ha ocurrido tantas veces –lo de saltarse la ley, digo- que el personaje es otro distinto. A veces le preocupan las normas y otras no, lo que resulta bastante confuso. Además he de decir que el señor Alterio no ha convencido a nadie con su interpretación.

En esta versión lo mejor han sido los tres personajes masculinos de la comisaría. Antonio Garrido (Joaquín) tiene una muy buena actitud que a veces no viene acompañada por los diálogos. Javier Rey (Jose Cristobal) y Mariano Llorente (Raimundo), a pesar de sus reducidas apariciones, dan muy bien sus personajes.

Por lo demás, necesito que alguien me explique lo del Bohemian Rapsody del primer capítulo.

Life in USA

Después de criticar la española le toca a la americana. De esta serie solo he visto un capítulo así que si alguien tiene un mejor conocimiento de ella, que nos lo cuente please.

El capítulo en cuestión es el de la discoteca con el mafioso y la prostituta. Pues bien, en esta versión, la susodicha, sin ninguna relación con el protagonista, sin hablar previamente ni nada, se presenta en su casa para solicitar su ayuda. Luego, sin ningún tipo de conversación trascendental llega a las mismas conclusiones sobre su vida que en la original.

A parte de esta incoherencia narrativa, hay que hablar sobre el jefe. Interpretado por Harvey Keitel, este personaje ha sido degradado hasta ser totalmente irrelevante. Desaparecen los puntos cómicos chulescos y se transforma en un simple jefe de comisaría algo amargado que de vez en cuando dice algo. Toda la importancia que podía tener en la inglesa se la llevan ahora los compañeros del protagonista. Por lo tanto, ese atractivo tan importante que es Gene Hunt (su personaje) ha desaparecido.

Los efectos especiales son menos sutiles (todo basándome en el único capítulo que he visto) y lo único salvable, como podréis deducir, es la magnífica banda sonora (resultado de la época en la que está ambienta la serie). Después de ver este capítulo puedo decir que esta versión es muy prescindible a no ser que se tengan muy, pero que muy pocas cosas que hacer, o ganas de dormir una siesta.

Os informo que por estas fechas sale a la venta el DVD de la segunda temporada de Life on Mars (la inglesa). Esperándola con impaciencia me despido y os dejo el principio de esta gran serie para que lo disfrutéis.

viernes, 12 de junio de 2009

G.H. ¡11!


Los experimentos sociales llegaron a su fin hace mucho tiempo. Sin embargo la televisión sigue queriendo aparentar que su tele-realidad es realidad. Como ya escribí en algún comentario de este blog, la última moda de esa caja a la que mucha gente la califica como “tonta” parece ser la de aparentar.

Todo esto viene por el anuncio de la edición 11 de Gran Hermano. ¡La edición número 11! Tengo que decir que la primera fue todo un fenómeno. Había muy pocas personas que no lo vieran y quizás algún extraterrestre que no hubiese oído hablar de ello. Lo digo con conocimiento de causa ya que por aquellos años estaba en el colegio y hasta allí se hablaba de ello (y eso que no nos dejaban acostarnos tarde).

La cuestión es que en las últimas ediciones (podéis rebatir esto todo lo que queráis porque no he visto ninguna reciente) cuanto más personaje se sea más se “triunfa”. Es decir, es necesario ser una persona extremadamente vulgar, machista, xenófoba y misógina; o enana; o tener un tercer brazo. Si a esto le añadimos la Milá, conflictos tabaqueros y algún que otro gimoteo en la oscuridad y debajo de una manta, obtenemos la mayor fábrica de productos destinados a programas tertulianos y tombolirelos que existe. Sin olvidar alguna que otra portada en el Interviú.

Esto me hace preguntarme qué entienden esas personas por “triunfar”. Salen por la tele, gritando cada cual más alto, llamándose de todo menos bonit@s y demostrando hacia dónde va la sociedad española y su televisión. Mostrando a una audiencia increíblemente alta qué es necesario para ganar unos millones en poco tiempo y quedando después para intento de algún que otro montajes (y fijaos que no estoy hablando de las primeras ediciones y admito que existen excepciones).

En fin, que este show, como casi toda la televisión (véase La máquina de la verdad, y Mujeres y hombres y viceversa, De buena ley, Elígeme, etc., etc.), se dedica a contratar personas para que interpreten un “papel” y fingir que lo que podemos ver es totalmente cierto. No quiero desprestigiar así a ninguna cadena (¿se me nota mucho?) ya que estas prácticas son sabidas por toda la audiencia. Lo que si reivindico es que se venda como realidad, o verdad, o como queráis llamarlo, aquello que es teatro y teatro del malo. Si se quiere interpretar y crear situaciones, que se haga bien y con conocimiento; y aquí hablo tanto del que lo realiza como del que lo ve. Pretender “engañar” –y encima no conseguirlo- nunca es una buena opción

viernes, 5 de junio de 2009

¿Dinero público o privado?


Como habréis oído en los noticiarios y distintos programas pseudoinformativos, el Gobierno prepara un proyecto de ley para retirar la publicidad de TVE eliminando así, dicen, los intereses comerciales que puedan surgir. Es curioso que se cambie el modelo de RTVE cuando el actual solo se encuentra vigente desde 2006, cuando se disolvió el Ente Público RTVE para crear la Corporación de Radio y Televisión Española S.A.

Televisión Española actualmente recibe una subvención por servicio público de unos 555 millones de euros. A esto hay que sumar el dinero que recauda con la publicidad, que para 2009 se prevé en unos 477 millones. El Gobierno pretende suplir los ingresos por publicidad sin aumentar los impuestos o establecer una tasa a la ciudadanía por televisión como nuestros países vecinos Francia e Inglaterra.

Para ello, el Proyecto de Ley establece que las cadenas privadas deberán pagar una tasa del 3% de sus ingresos anuales para la financiación de RTVE (además del polémico 5% para la industria del cine), y que las televisiones de pago deberán abonar el 1,5% de sus ingresos. Además los operadores de telecomunicaciones que suministran servicios audiovisuales deberán contribuir con el 0,9% de sus ingresos, algo a lo que se ha opuesto la CMT. También se financiará con un porcentaje de la tasa que los operadores (radio, televisión y telefonía) pagan al Estado por la utilización del espacio radioeléctrico.

Los empleados de la Dirección Comercial de RTVE han presentado un informe con una propuesta alternativa para el proyecto de ley en la que se sustituye la financiación por las demás televisiones por un mínimo de publicidad, con unos límites para su duración mucho inferiores a los actuales. Esto es así, dicen, para no desestabilizar el mercado de la publicidad.

Pese a los sucesivos cambios que se van efectuando en RTVE, ésta sigue estando muy politizada. El Consejo de Administración, encargado del gobierno y la administración de la Corporación, es una reproducción de las Cortes Generales. Para conseguir una mejora notable en la televisión pública es imprescindible que esto desaparezca y sea realmente un organismo independiente con función de servicio público.

“Por una televisión pública de calidad”