jueves, 24 de noviembre de 2011

Por siempre, Freddie


Veinte años suele ser un número para la conmemoración, pero no se puede conmemorar la muerte. Lo que sí se puede hacer es recordar a aquella persona que nos dejó.

Yo tenía un añito cuando Freddie Mercury murió y no supe de él hasta mi adolescencia. ¿Qué es lo que hace que un hombre que ya no se encuentra en este mundo cobre tanta importancia para personas que nunca le conocieron?

Su música, única, diferente, rockera, excitante, apasionada, llena de energía y llena de emociones. Su voz, poderosa, fuerte, valiente, siempre afinada, versátil y envidiada. Su show, divertido, entregado, atrevido y grande, más grande que el propio escenario.

Freddie Mercury no murió cuando dejó de respirar. Continúa vivo en aquellos acordes que han sido influidos por él (que son muchos), en las palabras que recuerdan anécdotas de las fue el protagonista, en los comentarios que reviven los conciertos que dio y en los saltos, las voces y las lágrimas de aquellos que seguimos viviendo y sintiendo su música.

Este gran artista no tiene mejor comentario que su propia voz pero hoy no os voy a dejar con ninguna canción en la que la luzca. No vais a encontrar ninguno de los clásicos en el video que hay más abajo y no recurriré al tan sabio ‘Show must go on’. Esta vez son sus amigos y compañeros los que toman la palabra, esos grandes músicos que junto con Freddie crearon una de las mejores bandas de la historia y compusieron canciones que vivirán siempre.

Recordando la figura de Freddie Mercury me despido.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El rosa y el verde siempre salen perdiendo


Sin la intención de politizar en exceso este blog, pero como alguien que ha participado en el 15M y sucesivas salidas a la calle y eventos, me veo en la necesidad de linkear a un artículo de Público en el que el valor del voto condicionado por la Ley Electorial, que tiene como una de sus bases el sistema d’Hont, viene muy bien explicado.

El modelo electoral dio la mayoría absoluta

En estas últimas elecciones, el resultado de las votaciones, que no finalmente el de los escaños, ha demostrado la voluntad de los españoles de optar por nuevas fuerzas políticas que supongan un cambio real y significativo. Se ha demostrado la cada vez mayor desconfianza que tienen los ciudadanos hacia los dos partidos mayoritarios. Pero lamentablemente su reflejo en la vida política práctica no es el real.

El 15M, los indignados, las marchas coordinadas mundialmente… Son un grito al cielo. Ese grito continúa en las urnas y continuará en las calles. Pero ese grito pretende llegar a unas determinadas orejas que desde hace años están selladas. Ese grito toma fuerza, pero hasta que no sea un grito lo suficientemente alto no se conseguirá destruir las barreras que impiden llegar a los oídos de los poderosos.

Aunque suene a consigna política, desde aquí debo decir: gritemos juntos.

Reivindicativa me despido.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Mostrar y no mostrar: violencia

Después de un año me decido a volver a escribir, no porque de repente haya pasado algo realmente destacable, no porque tenga demasiado tiempo libre, sino porque lo echo de menos. El ciberespacio y las pequeñas letras de mi netbook me llaman.

La primera entrada después de tanto tiempo debería ser una entrada amable, pero en lugar de eso he decidido aludir al eterno debate de los medios de comunicación: qué mostrar y qué no mostrar, una clásica pregunta a la que recurrió mi pensamiento al consultar la noticia de la muerte de Gadafi casi un mes atrás. Digo consultar porque me encuentro en Londres de Erasmus, sin televisión, por supuesto, dependiente de las publicaciones españolas online.

Ese día coincidió con el anuncio de ETA, por lo que en la misma media hora vi a unos terroristas hablar cómoda y orgullosamente sobre su trayectoria y futuro y a un colectivo enloquecido maltratar y asesinar a un hombre. Digo mal, no vi cómo lo asesinaban, era demasiado que soportar en escasos treinta minutos así que no vi el video completo. Con expresión horrorizada hablé con mi familia ese mismo día y por ellos supe que aquellas imágenes que tanto me habían impactado habían sido repetidas incesantemente en las televisiones españolas. Pero, ¿es realmente necesario?

La sociedad de la imagen exige pruebas visuales para todo lo que sucede, pero la moral, el sentido común y, sobre todo, la sensibilidad han de actuar para una apropiada autocensura. ¿Sensacionalismo o información? En este caso, sobre el cual he discutido ya con varias personas, existe diferencias de opinión.

Por supuesto que el mundo es violento y salvaje y se ha de mostrar tal como es. Imágenes de pobreza y miseria invaden nuestras salas de estar mientras tomamos cómodamente nuestras comidas y charlamos sobre qué tal nos fue la mañana. Nuestra sociedad se inmuniza contra estos sucesos y solo nos afectan parcialmente, lo suficiente para sentir nuestra humanidad y, en algunos casos, actuar al respecto.

A mi entender, esas imágenes son mostradas con un propósito triple: el impacto, aprendizaje y acción. Buscan llegar hasta la persona que lleva una vida cómoda y hacerle entender que no todos pueden vivir como él. Una vez que entiende eso puede actuar. Pero no se puede actuar en contra de un asesinato, no existe ningún propósito detrás del hecho de mostrar el salvajismo en estado puro. Decir que Gadafi ha sido asesinado, por quién y cómo, a mostrarlo, no cambia nada.

En este sentido, las actuales tecnologías brindan infinidad de posibilidades. ¿Por qué no dar la opción de ver el video a aquellos que realmente lo deseen a través de Internet y simplemente dar la noticia en el telediario sin tener que presenciar el asesinato en vivo? Porque prevalece la imagen, el sensacionalismo y el morbo, y porque si yo no lo enseño, lo enseñará el canal de la competencia. No aludo a una regulación procedente del gobierno en la que se especifique qué se debe mostrar y qué no, eso sí sería censura dejando aparte los temas ilegales. La autorregulación debería ser suficiente para evitar insensibilidades como ésta, pero aparentemente no es así.

En un caso normal os dejaría con el video al que hace alusión esta entrada, pero dado mi argumento dejaré que aquellos que quieran verlo lo busquen por ellos mismos, existen muchas web en las que verlo. Sí, esto es Internet y podría mostrarlo, pero no lo voy a hacer.

Autocensurada me despido.