jueves, 30 de julio de 2009

¿Explosión o atentado?

Las palabras son poderosas y muchas veces hay que tener cuidado con ellas. Hoy he tenido que romper mi silencio vacacional debido a un tema lingüístico que me ha intrigado.

Normalmente me gusta ver dos telediarios a la vez. Pues bien, mientras Antena3 comenzaba con el titular de un nuevo atentado de ETA en menos de 24 horas, la Primera confirmaba una explosión, y ya en el desarrollo de la noticia, y después de pronunciar la palabra “explosión” innumerables veces, comenzaban a hablar de atentado cuando se comentaban las condenas.

Antena3 se esmeraba en repetir la palabra “atentado” y que la zona estaba acordonada por el temor a una nueva explosión, hecho que no se mencionó en TVE, la cual recalcaba que la noticia del día era la muerte de los dos guardias civiles por la explosión ocurrida en la zona de Palmanova poco antes de las 2 de la tarde.

Y claro que no tengo ni idea de cómo funciona la tele y sus entresijos, pero aún hay algo en el informativo de la Primera que me ha dejado sin parpadear (y supongo que le habrá pasado a más de uno). Normalmente, si se toma una declaración de un testigo se edita a continuación para emitirse más tarde. Hoy no, se ha hecho todo en directo, algo que se puede entender por las horas del atentado, pero que se podría haber evitado metiendo una noticia en medio, grabando la declaración y editándola (cosa que se hizo después para emitirlo dos veces en todo el telediario). Y aunque el hombre ha sido muy correcto, el viva el periodismo ciudadano en esta situación a mi no me convence. Esta práctica propia de programas pseudoinformativos debería quedarse ahí, en las mañanas. Y ya al final del informativo de la primera comienza a oírse con más confianza la palabra atentado.

En fin, media hora que no he podido dejar escapar para incluirla en este blog. Porque claro que las palabras hay que tratarlas con cuidado, pero también hay que hablar con propiedad.

Y en unas líneas sobre un atentado terrorista es inevitable hacer una pequeña reflexión sobre aquellos que dicen luchar por algo propio arrebatándoles a los demás lo suyo. Esas “personas” que defienden algo indefendible y que pretenden edificar muros en lugar de difuminarlos, como en mi opinión debe hacer una sociedad moderna. Y digo “personas” porque los terroristas lo que son es asesinos. Y digo defender lo indefendible porque un trozo de tierra y una cultura respetada no se merecen los muertos que tienen, y porque pretender separar a las personas me parece una meta depravable. Es indefendible porque una comunidad como es la humanidad no debe estar nunca separada, nos ha tocado vivir en el mismo mundo y por muchas líneas en el mapa que aparezcan estamos unidos por agua y tierra. El terrorismo nunca tiene un sentido racional. Una vez el mundo lo haya superado, el ser humano habrá llegado a una nueva fase; hasta entonces debemos sufrir las consecuencias de la barbarie.

Volviendo al letargo me despido.

viernes, 10 de julio de 2009

El chico sin ombligo

Ayer comenzó la cuarta temporada de Kyle XY. Esta serie que en un primer momento prometió mucho, pero que decae poco a poco ha vuelto a Cuatro para ser emitida los miércoles por la noche.

Como ya ha sucedido alguna que otra vez en esta cadena, Cuatro aprovechó el tirón de un estreno para emitir tres capítulos seguidos e intentar mantener a la audiencia hasta la madrugada. Parece ser que la hora punta se atrasa cada vez más en un complot televisivo para que lleguemos con cada vez más sueño al trabajo/centro de estudios.

Por si no lo habéis visto nunca, Kyle XY trata sobre un experimento fallido que resulta ser el protagonista de la serie. Unos padres perfectos y comprensivos con una hija cantautora, un niño “rebelde” y una vecina monja deciden adoptar a este chaval sin ombligo con poderes para poder ayudarle en la búsqueda de su verdad.

Como aun no soy omnipresente no vi los tres primeros capítulos que fueron emitidos ayer (a pesar de haberme tragado las dos temporadas anteriores) y, por lo tanto, no puedo valorar el comienzo de esta última. En lugar de eso elegí La que se avecina, en mi opinión, la mejor opción del miércoles por la noche frente a Los Hombres de Paco (que está empezando a alcanzar cotas dramáticas insospechadas para una serie que se definía como cómica). Espero poder escribir algo de esta gran serie (La que se avecina), de sus grandes actores y de su espléndido guión a la vuelta de las vacaciones. Hasta entonces pasadlo bien, tomad el sol (pero no demasiado), bañaos en el mar/océano/piscina/pantano/charca o sucedáneo, leed algo, id al cine/teatro y, si os da tiempo, ved un rato la televisión.

Amigos para siempre, lailolailola


La sitcom por antonomasia ha vuelto a Cuatro, pero esta vez a sus mañanas. Esta serie que duró 10 años con 10 temporadas terminó en 2004 con un éxito aplastante, y es, quizá, la serie americana más repuesta (a parte de los Simpson) de nuestras televisiones. Y es que Sogecable la ha rentabilizado bien.

Este verano Cuatro ha cambiado a Concha García Campoy por una maratón matinal de los cinco amigos de Nueva York: Rachel Green (Jennifer Aniston), Mónica Geller (Courteney Cox), Phoebe Buffay (Lisa Kudrow), Joey Tribbiani (Matt LeBlanc), Chandler Bing (Matthew Perry) y Ross Geller (David Schwimmer).

Cada uno de estos cinco actores han continuado con sus carreras en cine, bien delante o detrás de la cámara, pero ha sido Matt LeBlanc el que intentó alargar sin demasiada gloria el éxito cosechado por esta serie mítica con el spin off Joey. Aquí nos encontramos a este personaje con su hermana y su sobrino en una casa inmensa y con una vecina, supuestamente preciosa, a la que el protagonista intenta beneficiarse. Cuatro, por cierto, también se hizo con los derechos de esta continuación.

Friends es una serie a la que me aficioné en el instituto y gracias a la cual teníamos conversación en el grupo de amigos para todo un recreo. Después de unas cuantas emisiones más, quien siga diciendo que no ha visto Friends ya no tiene excusa porque lo han tripitido, cuatripitido, e incluso, algunos capítulos, los han quintipitido. Es una serie con un humor que personalmente me encanta y que puede adaptarse a la mayoría de gustos (digo la mayoría porque hay gente muy especial…). Tiene un encanto que es difícil de conseguir ya que muy pocas series después de 10 temporadas siguen estando entre las preferencias televisivas de millones de personas. Además, he de decir que con el final se le queda a uno sonrisa de tontaina recordando por todo lo que han pasado estos personajes para acabar donde acaban.

Creo que se me nota, pero diré que es una de las series que más me ha gustado y se la recomiendo a cualquiera que haya estado fuera del planeta durante 15 años y no haya tenido oportunidad de verla.