jueves, 26 de marzo de 2009

Noticias DTV (1)

Las televisiones sustituyen el servicio público por el morbo.
Con la muerte de la exgranhermana Jade Goody se abre el debate sobre la moralidad de las cadenas televisivas. ¿Hasta dónde hay que llegar para conseguir audiencia?

Los realitys televisivos, muy recurridos durante los últimos años, han pasado de contratar concursantes para conseguir un premio a contratar sohwmen/women para conseguir audiencia. Éste es el caso de la exgranhermana Jade Goody, londinense hija de un padre heroinómano y de una madre adicta al crack, inculta y maleducada, que además ha llevado hasta el extremo la telerrealidad. Enferma de cáncer y con dos hijos ha vendido su boda y el deterioro de su cuerpo hasta que el pasado día 22 murió dejando una herencia de 4 millones de euros para la educación de sus hijos.

Con esto surge la cuestión de la intimidad y la moralidad de quien utiliza eso para aumentar su audiencia. Fue Goody quien vendió su vida a los medios, sin embargo, este hecho está comenzando a extenderse a distintos programas cuyo objetivo es el morbo y la polémica para tener una mayor audiencia. Aquí en España contamos con varios casos semejantes.

El año pasado Cuatro produjo el programa “Pekín Express” en el que se habían escogido dos gemelas de las cuales una de ellas también tenía cáncer. La enfermedad se desveló tras 38 días de viaje declarando que ni la dirección del programa ni su hermana sabían nada del asunto. Parece que la fiebre exhibicionista no ha llegado aquí al nivel de otros países y las gemelas abandonaron el programa aceptando alguna entrevista.

Otro ejemplo que pone en tela de juicio la intención de los directivos de estos programas lo protagonizó Antena3 con el programa “La vuelta al mundo en directo”. Se contrató a un parricida que fue expulsado justo antes de comenzar el programa tras conocerse sus antecedentes. La dirección del programa informó no haber tenido constancia de estos hechos y el concursante declaró al abandonar el concurso que “mi intención ha sido no darles pie a que sigan indagando”.

La polémica aumenta cuando los propios programas son los que alientan a sus “concursantes” a realizar distintas actividades o acciones para causar una nueva polémica y así aumentar el target. En los mismos contratos se estipulan ciertas pautas para ello. Esto significa que no son los propios concursantes quienes concursan sino que es la dirección del programa la que impone su juicio. Incluso, en muchos de ellos, los participantes son actores contratados a los que se les da unas indicaciones sobre lo que tienen que improvisar. Como ejemplo de este último caso podemos citar “Mujeres, hombres y viceversa” de Telecinco.

Con todo esto, la moralidad de las cadenas televisivas queda en entredicho. La televisión siempre se ha caracterizado por su objetivo de llegar a un público cada vez mayor. Sin embargo, desde hace unos años se está anteponiendo la audiencia a la propia programación.

3 comentarios:

  1. es muy triste todo esto... es tomar x tonta a la gente y lo malo sq ya nadie sabe qué es verdad y qué no... lo de la Vuelta al Mundo es lo peor q he visto (menos mal q kitaron ese horror de programa), en cuanto a Goody, entiendo q kiera ayudar a sus hijos, la culpa no la tiene ella x venderse sino las tv x comprarla! :)

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  2. Enhorabuena por tu blog. Lo he descubierto por casualidad buscando info para un trabajo de la universidad y me ha encantado. Buen trabajo!

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  3. ¿No se supone que se iban a controlar los contenidos? Mucho hablar de proteccion al horario infantil y lo que se hace es alentar a esos niños a que no den un palo al agua, se hagan famosos y vivan del cuento.

    ¿Y los politicos que hacen? Ale ale, mañana a votar todos como borreguitos a ZP por si viene el lobo, perdon, la ultraderecha, jajaja.

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