viernes, 16 de octubre de 2009

¿Dubbing o doblaje?

De un tiempo a esta parte estoy oyendo más críticas de las usuales a uno de nuestros tesoros nacionales: el doblaje al castellano del audiovisual en lengua extranjera. Y digo que es uno de nuestros tesoros nacionales no solo porque exista una riqueza más que real entre los equipos de doblaje, sino porque además, comparado con otros países, tenemos uno de los mejores doblajes del mundo.

Las críticas que he estado oyendo oscilan desde el hecho de no apreciar la interpretación original del personaje (de todos es sabido que la voz es un instrumento esencial en la actuación), a que los diálogos originales se cambian en el proceso, o a que los españoles sabemos menos idiomas que el resto de países europeos por ver todos lo audiovisuales en nuestro idioma materno. Esta última razón es la que más gracia me hace porque es la que está menos fundada en hechos reales. Esto en concreto lo escuché una mañana en el dial 88.2 (y escribo el número porque no sé a que cadena de radio pertenece). Se comentaba que los portugueses sabían más inglés que los españoles porque no doblaban el material extranjero y puede que también porque le dedicaban más horas en el colegio. No pasaré ahora a criticar la pésima enseñanza en materia de idiomas que existe en este país pero creo más importante este tema que el del doblaje como causante de la ignorancia idiomática española.

Con respecto a la interpretación original del personaje, es imposible restar importancia a la voz como elemento dramático, pero lo que sí hay que tener en cuenta es el conocimiento del idioma para entender la entonación del actor. Cada lengua tiene su acentuación propia por lo que el énfasis y la entonación variarán de una cultura a otra aun teniendo el texto el mismo significado. Además, otra parte importante, muy importante, extraordinariamente importante, es la gesticulación corporal y a nivel facial que hace el actor, que se pierde si nos dedicamos a leer y leer subtítulos. Como digo, aquí entra en juego el conocimiento del idioma original de audiovisual, que si se tiene, verlo en VO me parece no la mejor opción sino la que debe de ser. Sin embargo, para todos aquellos que no gozamos de ese privilegio (porque en la sociedad española actual saber otro idioma –saber no conocer meramente- es un privilegio) y queremos disfrutar plenamente de todas las características visuales de la obra audiovisual se nos facilita la tarea si se dobla al español. Es más, muchas veces la voz del actor es una de sus carencias, que se suple con la impecable modulación de muchos de los actores de doblaje españoles.

La segunda cuestión solo merece la mención de que para que un doblaje resulte creíble es necesario e inevitable modificar lo que dicen los personajes, eso sí, sin cambiarle su significado contextual.

Con todo esto no quiero decir que TODO el doblaje sea maravilloso. No. Estoy defendiendo la actividad y el buen trabajo, que, como en todo, también se ve a veces eclipsado por ciertos doblajes terroríficos. Por cierto que muchos de ellos vienen por querer incluir entre los actores aquellos no acostumbrados a la técnica y que además no dan el pego como el personaje, caso de Dani Martín en School of Rock o de Fernando Tejero en el Espantatiburones.

Tengo que añadir que aquellas personas que critican tan aférrimamente el doblaje de películas y series suelen hablar como la voz de la sociedad y no deberían hacerlo. Existe una parte, y es la más grande, que apuesta por ver películas en castellano. Si no fuese así, ¿cómo es que las salas de VOS nunca están llenas? Además, desde hace unos años, para aquellos que nos gusta repetirnos en nuestros visionados y verlos con las voces originales, se nos han facilitado las cosas con el DVD y sus opciones en lengua y subtítulos. Así que, realmente, no veo una demanda social significativa que pueda hacer que comience a restringirse el doblaje.

Ésta es mi opinión sobre el asunto, que he decidido colgar en este blog en lugar de en el mío personal por tener relación con lo que aquí se trata. Por supuesto invito a todo aquel que haya sido valiente y haya llegado hasta aquí en su lectura (siento la extensión, pero creo que es un tema que la necesita), y que esté en desacuerdo a argumentarlo con un comentario, que si me es posible y no me hace cambiar de opinión contestaré.

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